Cuenta La Biblia, que cuando los que seguían a Moisés a través del desierto estaban a punto de desfallecer de hambre y sed, del cielo se dejó caer, en forma de lluvia o de rocío, algo que llamaron maná y que calmó las necesidades de Moisés y su gente.
Siempre según La Biblia, aquellos supieron aprovechar aquél don divino y hacer un uso correcto de él.
Ahora, en tiempos de crisis y de penurias (Para algunos, que otros están mejor que nunca), a los ayuntamientos les ha caído del cielo gubernamental un maná con el nombre de Fondo de inversión local, y que consiste en un gran cantidad de dinero (diferente para cada ayuntamiento) destinada, al parecer, a la creación de empleo como objetivo principal.
Cada pueblo de España (Sin contar cinco extrañas excepciones) ha solicitado su tajada del pastel y a cada cual se le ha sido concedida en función de diferentes factores. A Manzanares le han correspondido la friolera de más de tres millones de euros.
Leemos en internet el uso que ayuntamientos cercanos van a dar a ese dinero como
Membrilla y Tomelloso (pinchad en los nombres para más información)
Pues bien, ¿Qué va a hacer el ayuntamiento de Manzanares con ese dinero?
Como podemos encontrar en la web del ayuntamiento, las actuaciones consistirán en la tan traída y llevada remodelación de la Plaza de la Constitución y las obras de pavimentación y acerados del polígono residencial, es decir, esa zona del polígono entre Los Pitufos y el centro ocupacional que nadie usa y que lleva en ese estado tiempo inmemorial sin que haya sido precisa su restauración dada su nula utilidad.
¿Realmente estamos tan sobrados en este pueblo para que ese dinero se utilice en obras tan fútiles?
¿No hay otras obras muchos más importantes pendientes de llevarse a cabo en Manzanares?
Construir algún centro cultural, habilitar para fines municipales edificios emblemáticos que acabarán por caerse de viejos, solucionar las deficiencias de los centros públicos que no son pocas, arreglar algún colegio que lo necesita con urgencia, mejora y modernización de las instalaciones feriales... En fin, podríamos estar enumerando necesidades que se cubrirían con ese fondo hasta el día del juicio final, pero esto es lo de siempre y lo que traen consigo las mayorías absolutas.
Mientras tanto seguiremos sufriendo y en verano saldremos a pasear por el polígono, más que nada para darle algún uso.
domingo, 8 de febrero de 2009
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